Es considerado como el Wiracochan o Tunupa, protector de Ollantaytambo, que fue descrito como un personaje dotado de poderes más allá de nuestro juicio; además fue descrito antropomórficamente de tamaño alto, cabellera corta, con vestidos a la vieja usanza, representando al Willaq Uma o sumo sacerdote que mantenía la vitalidad cósmica hacia Wiracocha, con túnica y bonete de cuatro puntas.
Este icónico personaje fue representado en uno de los flancos rocosos de la colina del Pinkuylluna (colina localizada al frente de la Ciudadela de Ollantaytambo) mediante un gigantesco perfil escultórico, en cuyos detalles se pueden reconocer cada una de las características iconográficas atribuidas a su investidura antropomorfa.