Hace aproximadamente 900 años los habitantes del hermoso valle del Cusco estaban dispersos y muchos de ellos no conocían la magia que hacía florecer la tierra y los animales, entonces llegaron desde los sur hombres sabios conocedores de la agricultura, la ganadería, la cerámica y la textilería, estos hijos del Dios Sol salieron del Lago Titicaca para embarcarse en la sagrada misión de fundar un reino próspero y bondadoso. Este reino sería heredero de la sabiduría de los hijos del Dios Sol y perduraría para siempre. Para asegurarse de que todos los pueblos recordaran las sabias enseñanzas de los antiguos celebraron todos los años, en el solsticio de invierno, una apoteósica fiesta dedica a la tierra, al sol y sus hijos, esta fiesta se llama Inti Raymi, la fiesta del Dios Sol que da inicio al año nuevo andino.
Los Incas dedicaban una apoteósica fiesta al Dios Sol en el inicio del solsticio de invierno, este 24 de junio celebraremos esta antigua fiesta, es usted bienvenido.
Aunque no existe mayor documentación sobre el Inti Raymi, solo los textos de cronistas, sabemos que los reinos vecinos de los Incas y la ciudad del Cusco venía desde cada punto cardinal para adorar al Dios Sol, traía ofrendas y bailes, propios de la selva, la costa y del lago que dio origen a la celebración. Hoy tenemos una réplica que fue instaurada en 1944 por nuestros historiadores y escritores, aunque es difícil acertar de que fue así como los Incas los soñaron y ejecutaron, lo cierto es que se trata de una experiencia sin igual.
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